7 de mayo

Por Natalie Ollivier

Un día complicado para el proceso electoral. Durante la noche del 6 y la madrugada de hoy finalmente rompió la tensión, que como Guerra Fría, tenían el PRD y el PRI-PVEM en Cuajimalpa. Nos pronunciamos en contra de la violencia –por supuesto-, pero la impotencia ante el aparato corporativo, la distorsión mediática y el seguro olvido pronto de los hechos quedó inexpresable y fuera de nuestras “atribuciones” como equipo de campaña. Pero me gusta pensar que la Ciudad de México debe pensarse como una sola metrópolis, pues justo el aislamiento y atomización política (municipal y delegacional) en este país llevan a la ruptura del capital social que es la panacea de nuestros problemas.

Asistimos a una reunión en la zona de Madre Selva, a un fraccionamiento donde habita el actual delegado Miguel Ángel Cámara. Es cierto, tiene muchos coches, dicen que 7. La verdad todos de muy mal gusto. En el salón de usos múltiples del fraccionamiento diversos vecinos y maestros nos organizaron impecablemente un evento, con cena incluida al final, para que todos los candidatos de Nueva Alianza presentaran sus propuestas.

Me llama la atención como mi candidato, Luciano Quadri, estructura sus propuestas intercaladas con anécdotas. Mantiene al público atento. Algo nervioso al principio luego ya suelto. Creo que a veces le falta ser más político, su ironía es incomprendida y creo que él mismo se pierde en sus tecnicismos. Al menos no busca aplausos y que le pongan la marcha de Zacatecas al llegar. Pasa el micrófono para “preguntas, quejas y sugerencias” de las propuestas y discute todos los detalles de ellas con los asistentes. Resaltó su propuesta de escuelas de tiempo completo y el tema de espacio público (http://plataformaxochimilcoquadri.blogspot.mx/).

Empiezo a trabajar con este equipo a mitad de la campaña. La turbulencia es absoluta, trasciende las fronteras de la delegación, los frentes de guerra son múltiples y los escenarios complicadísimos. Suena bien.