lunes, 17 de noviembre de 2014

Inseguridad, ¿Qué hacer?

-        Violencia, ¿Un asunto cultural y de falta de educación o de narcotráfico?
-        ¿Legalización? Tal vez nunca debieron ser ilegales
-        Violencia en el mundo, ¿Dónde está México?
-        Policías comunitarias y bienes públicos como posible solución

Las delegaciones políticas del DF, Xochimilco, no tienen policía. El régimen especial del Distrito Federal como capital centraliza el mando policiaco en el Gobierno del DF, cuestión que debiera replicarse en todos los estados, entonces, ¿Qué puede hacer un delegado contra la violencia y delincuencia?
Desde hace más de una década, el enfoque nacional contra el crimen organizado ha sido un choque directo contra los criminales, muertos y miles de detenidos. Se organiza un gran show mediático con la detención de grandes capos mientras que los inferiores, al llegar a las manos del poder judicial, se funden en una gelatina burocrática corrupta que revierte los escasos golpes que sufría el crimen organizado.
A la violencia inmediata hay que atacarla, pero hay dos tipos de violencia: la de guerras, guerrillas y conflictos entre naciones, étnicos, territoriales, etc. Pero a la violencia arraigada, a esa que sigue sucediendo a pesar de captura y muerte, la que está arraigada en las sociedades, ¿Cómo se le combate?
Evidentemente no se pueden dejar de perseguir criminales con la policía, sin embargo, la prevención de la delincuencia debió ser una política prioritaria desde hace varias décadas en nuestro país.
No importa la percepción que tengamos de nuestra zona o país respecto al aumento de crímenes, la región latinoamericana (que va de México a Colombia y Venezuela, por toda Centroamérica, a excepción de Costa Rica y Nicaragua, y llega a algunos países del caribe) es y ha sido durante todo el siglo XX y lo que va del XXI la región más violenta del mundo. Con o sin guerra contra el narco, los asesinatos por cada cien mil habitantes suceden como un fenómeno social inherente. A psear de esto, México no está en el top 10 de los países más violentos de América (Posición 16, asesinatos por cada 100 mil habitantes) y a nivel mundial estamos muy lejos de ser el país más violento. Sin embargo, la problemática regional llama la atención por la coincidencia de muchas variables. En Brasil el conflicto contra el narcotráfico es muy diferente, igual en Venezuela u Honduras, y esos tres son mucho más violentos que México.

Fuente: www.mexicomagico.org
Algo anda mal en nuestra región, y siendo que el narcotráfico pareciera ser una de las múltiples variables que la causan y tal vez una no determinante, debemos buscar y entender qué es lo que nos hace violentos.
Los bienes, como las drogas, al ser legales (Canadá y Holanda), solo dañan al consumidor. Así como comprar un cuchillo, si uno decide cortarse las venas, el único afectado directamente es el suicida. El fabricante de cuchillos no está inmerso en un cártel violento por lo que causa su producto. Por ello no existen cárteles de tráfico de Thinner o Resistol. Quien va a dañar su cuerpo por placer, depresión o desconocimiento  toma esa decisión individual con todo derecho. Quien consume Thinner no daña a nadie más que así mismo. Si todas las drogas fueran legales, el costo de oportunidad de fabricarlas y distribuirlas bajaría, habría competencia, regulación, impuestos y no habría violencia en dicho negocio. Al ilegalizar las drogas, o cualquier otro bien, es imposible acabar con la demanda mágicamente; los consumidores de droga no dejaran de desearla, por lo tanto habrá quien se las provea. Siempre se creará mercado negro para mantener la demanda, sin embargo, el costo de oportunidad de los productores y distribuidores de este bien crece considerablemente. Es decir, si algo es ilegal, es más riesgoso, y los competidores por el mismo bien, al actuar fuera de la ley, pueden llegar a los asesinatos y extorsiones para controlar el negocio y por supuesto, el precio de dicho bien sube muchísimo por el riesgo que conlleva su producción y distribución. Y no solo eso, al no haber regulación del Estado en este campo, las drogas pueden estar peligrosamente alteradas.


Por otro lado, legalizar la droga hoy en México no garantiza que disminuya la violencia que ésta generó en los últimos años[1]. El Código Penal Federal no persigue el consumo o posesión personal de cualquier droga en dosis individuales, entrando en una controversia así con la ilegalidad de la procedencia de ésta. La lección que nos deja este razonamiento es que, ilegalizar bienes provoca mercado negro y violencia, pero legalizar estos bienes de vuelta no garantiza que los cárteles u organizaciones que producían y/o distribuían estos bienes dejen de pronto su modo de operación para volverse empresarios competitivos cumpliendo toda norma[2].
Por ello, la violencia en México ya no radica en las drogas sino en la cultura de hacer dinero rápido y la del poder. Por ello el secuestro y la extorsión, el control de gobiernos y otras empresas ha sido el fuerte de los nuevos cárteles mexicanos. Han infiltrado todos los círculos de la sociedad mexicana haciendo muy difícil combatir a un enemigo que está en todas partes y no tiene enemigos claros[3].
Podríamos asegurar que esta violencia, como se muestra en toda la región latinoamericana, obedece a aspectos culturales y de desarrollo de los sistemas políticos. Honduras es el país más violento del mundo pero en su frontera sur está Nicaragua, como el país más seguro de América. Las drogas siguen pasando por Nicaragua, al igual que las intervenciones norteamericanas y cualquier otra variable que usemos para explicar la crisis de seguridad regional, ¿Qué pasa en Nicaragua?
TASA DE HOMICIDIOS
LUGAR
PAÍS
TASA
1
 Honduras
91.6
2
 Venezuela
53.7
3
 Jamaica
41.2
4
 Islas Vírgenes Estadounidenses
39.2
5
 El Salvador
39.19
6
 Belice
39
7
 Guatemala
38.5
8
 San Cristóbal y Nieves
38.2
9
 Zambia
38
10
 Bahamas
36.6
24
 México
23.7

Nicaragua es mucho más pobre que México, menos industrializado, agrario y con un sistema político turbulento y violento en los momentos en que hubo cambios de régimen. Por lo tanto la pobreza no engendró la violencia. Sobre la pobreza preguntémonos, ¿Si no tuviéramos para comer, y estuviéramos en desesperación, mataríamos a alguien para robarle un trozo de comida? O peor aún, ¿Alguna causa justifica arrancarle la cara a un estudiante y quemar vivos a otras 40 personas? Hay países más pobres y hambrientos que México sin embargo no existen esos niveles de violencia y sadismo.
TASA DE HOMICIDIOS TOP 10 MUNDIAL (MENOR)
LUGAR
PAÍS
TASA
1
 Mónaco
0
2
 Palaos
0
3
 Hong Kong
0.2
4
 Singapur
0.3
5
 Islandia
0.3
6
 Japón
0.4
7
 Polinesia Francesa
0.4
8
 Brunéi
0.5
9
 Bahréin
0.6
10
 Noruega
0.6

Creo que la mejor prevención está en los valores, la educación, el capital social, la solidaridad en los barrios y comunidades y sobre todo, en el esparcimiento sano: cultural, artístico y deportivo. Por otro lado, los policías no pueden ser elementos improvisados que vengan de otras entidades federativas, la policía de cada barrio debe ser un elemento de esa comunidad nombrado por ella y que rinda cuentas a ella; con reconocimiento, educación, capacitación y bien remunerado.
¿Qué puede hacer Xochimilco frente a la escalada de violencia actual? Organizar su vigilancia por barrio y nombrar a sus policías en acuerdo con el GDF. Inversión considerable en las escuelas públicas y técnicas para que tengan materias y cursos artísticos y culturales por la tarde que las haga de tiempo completo. Construcción de instalaciones deportivas de primer nivel para estas escuelas y para el público en general de manera masiva, con cuotas accesibles o gratuitas. El objetivo es fomentar personas educadas, sanas, y con redes sociales fuertes entre sus vecinos.
Otra opción para los gobiernos delegacionales es rescatar los espacios públicos. Si no existen plazas seguras, reguladas, dignas, bonitas, con comercios, bares, restaurantes, calles peatonales, donde los jóvenes y toda la gente pueda salir a actividades de esparcimiento digno y sano habrá desviaciones, aislamiento social, ocio y resentimiento.
Finalmente, la vivienda es fundamental para el fortalecimiento del capital social. Ricos y pobres deben coexistir en los mismos espacios, y ambos compartir los mismos bienes públicos. El rico tendrá una mansión, pero el pobre tendrá un parque hermoso que el rico también pueda compartir. Así se distribuye la riqueza, en bienes públicos de calidad y no en despensas.
Se pueden cambiar las cosas.




[1] http://www.elpinerodelacuenca.com.mx/epc/index.php/politica/83396-legalizacion-de-drogas-no-terminara-con-violencia-del-crimen-organizado-en-mexico-incrementa-consumo-en-oaxaca-onu
[2] http://www.nexos.com.mx/?p=15501
[3] http://www.ilustracionliberal.com/45-46/el-fracaso-de-la-guerra-contra-las-drogas-juan-carlos-hidalgo.html

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