martes, 6 de mayo de 2014

AGUA Y BIODIVERSIDAD EN LA CIUDAD DE MÉXICO


En Nueva Alianza, el partido liberal de México, creemos que el medio ambiente debe ser una prioridad en cualquier agenda política o de la sociedad civil. Con un verdadero análisis de la problemática ambiental y climática, planteamos soluciones concretas para mejorar la calidad de vida de los mexicanos, y siempre defenderemos las libertades y derechos mientras velamos por la protección de nuestro medio ambiente.

El agua potable los 365 días del año como un derecho fundamental básico, es prioridad en nuestra agenda política y legislativa, porque entendemos que la escasez no es culpa de los ciudadanos, sino de los malos gobiernos. Creemos que un aire limpio, una ciudad ordenada y limpia, y bosques, manglares y selvas sanos son perfectamente posibles con buenas políticas y leyes; por eso llevamos a todas las tribunas la voz de los ciudadanos que quieren un México sustentable y próspero.

Hechos relevantes

41% del agua que se consume en el Distrito Federal proviene de los mantos de agua (acuífero) que se recargan en el suelo de conservación del Distrito Federal.

La vegetación del suelo de conservación[1] retiene  alrededor gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global y del aumento de la temperatura así como de los recientes trastornos climáticos del Valle de México.

Las especies localizadas en el suelo de conservación del Distrito Federal representan 11% de la riqueza biológica nacional y 2% mundial. La diversidad de especies de animales y plantas permite mantener la salud de los ecosistemas y es fuente de ingresos.
Los suelos que eran parte del lago constituyen hasta 60% de la superficie de delegaciones como Tláhuac y Xochimilco.

Problemática de la zona lacustre de la Ciudad de México

Originalmente, el agua de los lagos de Xochimilco y Tláhuac provenía de los deshielos del Popocatépetl y el Iztaccíhuatl, y de Amecameca. Sin embargo, el crecimiento de la ciudad, la pérdida de la masa forestal alrededor de los volcanes y la disminución de los glaciares por el cambio climático, hace que cada vez llegue menos agua al sureste de la ciudad. Hoy, el agua de Xochimilco y Tláhuac proviene en gran medida del tratamiento de aguas residuales del Cerro de la Estrella. Gracias a la existencia de los canales y lagunas en la zona lacustre, el agua es absorbida al subsuelo, con lo que el acuífero de la Ciudad de México se mantiene en condiciones ideales.

Sin embargo, el agua del acuífero es extraída y llevada al poniente de la ciudad y a otras zonas céntricas, mientras que Xochimilco es abastecido mediante el sistema Cutzamala y con algunos de los pozos locales. Esto provoca grandes derroches de energía por el bombeo de agua requerido, además de las fugas que tiene un sistema tan complejo.
Existen negocios ilegales que explotan pozos y manantiales en la zona alta y media del sur de la ciudad, que dejan sin agua potable a los pueblos originarios.

El área metropolitana de la Ciudad de México ha carecido de planeación integral desde hace siglos. El crecimiento urbano desordenado, los asentamiento humanos irregulares y las invasiones a suelo de conservación (muchas veces promovidas por los mismos gobiernos delegacionales o del Distrito Federal) han disminuido la capacidad de recarga de acuíferos en el valle, las zonas boscosas, los humedales y zonas lacustres del sur. La pérdida de suelo de conservación pone en riesgo la viabilidad de la ciudad en el mediano plazo; por ello es urgente coordinar políticas en todos los niveles de gobierno e involucrar a la sociedad civil para lograr una ciudad sustentable, densa, vertical, productiva, planificada y con un transporte público eficiente y digno para toda la población.

El agua no se va a acabar, simplemente pierde su disponibilidad. En la Ciudad de México perdemos año con año acceso al agua por la pérdida de cobertura forestal debido a los cambios de uso de suelo, invasiones y crecimiento de la mancha urbana. Esta pérdida de suelo de conservación inhibe la captación de agua para los mantos freáticos. Sumado a esto, las descargas de aguas residuales y la contaminación del agua en general han logrado la pérdida de potabilidad de más de 90% de los cuerpos de agua originales en el Valle de México. Finalmente, el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (sacm) cuenta con una infraestructura de tuberías y drenaje obsoleto que tiene casi 50% de pérdidas en fugas, y el propio organismo carece de la facultad para fijar tarifas justas de acuerdo con el consumo, así como del desarrollo profesional de sus integrantes.

Otra forma de mantener el acuífero es mediante la productividad agrícola de Xochimilco y Tláhuac. La zona chinampera es un ecosistema artificial creado por los xochimilcas hace 1,200 años. El método de producción prehispánico generó un equilibrio ecológico en los lagos del sur, manteniendo un ecosistema invaluable y único en el mundo, con diversas especies endémicas, y que ha sido un santuario de aves migratorias. El sistema chinampero requiere productividad continua para mantener sano el ecosistema, por lo que si disminuye la producción y se abandonan las chinampas, irá muriendo el entorno xochimilca. Además, si las chinampas son abandonadas y ocupadas por la ciudad (vivienda legal e ilegal), el ecosistema se modifica, perjudicando el frágil ciclo del agua del sureste del Valle de México, y por lo tanto la regulación climática, lo que amenaza la biodiversidad y la habitabilidad del Valle de México. Por otro lado, si la Ciudad de México incrementa el abastecimiento de hortalizas y lácteos de su zona agrícola, disminuirá la huella de carbono,[2] pues no sería necesario transportar productos de otras partes del país.

Xochimilco, Tláhuac, Milpa Alta y Tlalpan requieren atención urgente de todos los niveles de gobierno y participación de la sociedad civil para rescatar y restaurar los bosques, canales, lagos y chinampas.

Soluciones

·        - Un alto porcentaje del agua extraída del acuífero de Xochimilco-Tláhuac debe ser aprovechada en la misma zona. Los habitantes de los pueblos originarios de la zona lacustre aportan múltiples servicios ambientales a la ciudad, y ésta no les retribuye nada.

·       -  Es indispensable frenar el crecimiento de la mancha urbana mediante políticas estrictas de planeación urbana que vengan desde la Federación.

·        - Debe ampliarse la poligonal del Área Natural Protegida de la zona lacustre, integrando nuevas zonas núcleo para conservación y restauración.

·       -  La Asamblea Legislativa del Distrito Federal debe otorgar autonomía financiera y de gestión al sacm para otorgar agua potable de calidad a todos los habitantes de la ciudad las 24 horas de los 365 días del año.

·        - Es urgente terminar con las descargas de aguas residuales ilegales en los cuerpos de agua del Valle de México.

·     -   El Gobierno del Distrito Federal necesita implementar incentivos y una política económica en la Central de Abastos y en los mercados locales que privilegie a los productores de la Ciudad de México; esto logrará rescatar las chinampas y rehabilitar las que no están en uso, constituyendo así un instrumento económico natural frente a la presión inmobiliaria.

Flora y fauna endémica y/o carismática del sur de la Ciudad de México
Flora:

Ahuejote (Salix Bonplandiana). Endémica
Cedro blanco (Cupressus lusitanica). Sujeta a protección especial/ introducida
Colorín (Erythrina coralloides). Amenazada
Ninfa (Nymphaea mexicana). Amenazada


Fauna: 

Anfibios
Ajolote (Ambystoma mexicanum). Sujeta a protección especial y endémica; vulnerable (uicn, 2003)
Ajolote tigre de meseta (Ambystoma velasci). Sujeta a protección especial
Rana de Tláloc (Rana tlaloci) Peligro de extinción y endémica
Rana de Moctezuma (Rana montezumae). Sujeta a protección especial y endémica

Reptiles
Lagartija cornuda de montaña (Phrynosoma orbiculare). Amenazada y endémica
Lagartija escamosa de mezquite (Sceloporus grammicus). Sujeta a protección especial
Culebra listonada (Thamnophis eques). Amenazada
Culebra listonada de montaña (Thamnophis scaliger). Amenazada y endémica
Tortuga casquito (Kinosternon hirtipes). Sujeta a protección especial
Cincuate (Pituophis deppei). Amenazada y endémica
Cascabel cola negra (Crotalus molossus). Sujeta a protección especial


Aves
Pato mexicano (Anas platyrhynchos diaza). Amenazada y endémica
Garza morena (Ardea herodias). Sujeta a protección especial
Gavilán pecho rojo (Accipiter striatus). Sujeta a protección especial
Rascón limícola (Rallus limicola). Sujeta a protección especial

Mamífero
Teporingo (Romerolagus diazi). En peligro de extinción, endémica



[1] El suelo de conservación de la Ciudad de México posee características que, además de favorecer la existencia de especies de flora y fauna de valor comercial, ofrece bienes y servicios ambientales en beneficio de toda la población del Distrito Federal a través del papel multifuncional de los recursos naturales que alberga.
[2] Emisiones de gases de efecto invernadero de motores de combustión provocadas por la transportación de productos.