En
Nueva Alianza, el partido liberal de México, creemos que el medio ambiente debe
ser una prioridad en cualquier agenda política o de la sociedad civil. Con un
verdadero análisis de la problemática ambiental y climática, planteamos
soluciones concretas para mejorar la calidad de vida de los mexicanos, y
siempre defenderemos las libertades y derechos mientras velamos por la
protección de nuestro medio ambiente.
El agua potable los 365 días del año
como un derecho fundamental básico, es prioridad en nuestra agenda política y
legislativa, porque entendemos que la escasez no es culpa de los ciudadanos,
sino de los malos gobiernos. Creemos que un aire limpio, una ciudad ordenada y
limpia, y bosques, manglares y selvas sanos son perfectamente posibles con
buenas políticas y leyes; por eso llevamos a todas las tribunas la voz de los
ciudadanos que quieren un México sustentable y próspero.
Hechos
relevantes
41% del agua que se consume en el
Distrito Federal proviene de los mantos de agua (acuífero) que se recargan en
el suelo de conservación del Distrito Federal.
La vegetación del suelo de conservación[1]
retiene alrededor gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global y del aumento de la temperatura así como de los recientes trastornos climáticos del Valle de México.
Las especies localizadas en el suelo de
conservación del Distrito Federal representan 11% de la riqueza biológica
nacional y 2% mundial. La diversidad de especies de animales y plantas permite
mantener la salud de los ecosistemas y es fuente de ingresos.
Los suelos que eran parte
del lago constituyen hasta 60% de la superficie de delegaciones como Tláhuac y
Xochimilco.
Problemática
de la zona lacustre de la Ciudad de México
Originalmente, el agua de los lagos de
Xochimilco y Tláhuac provenía de los deshielos del Popocatépetl y el
Iztaccíhuatl, y de Amecameca. Sin embargo, el crecimiento de la ciudad, la
pérdida de la masa forestal alrededor de los volcanes y la disminución de los
glaciares por el cambio climático, hace que cada vez llegue menos agua al
sureste de la ciudad. Hoy, el agua de Xochimilco y Tláhuac proviene en gran
medida del tratamiento de aguas residuales del Cerro de la Estrella. Gracias a
la existencia de los canales y lagunas en la zona lacustre, el agua es
absorbida al subsuelo, con lo que el acuífero de la Ciudad de México se
mantiene en condiciones ideales.
Sin embargo, el agua del acuífero es
extraída y llevada al poniente de la ciudad y a otras zonas céntricas, mientras
que Xochimilco es abastecido mediante el sistema Cutzamala y con algunos de los
pozos locales. Esto provoca grandes derroches de energía por el bombeo de agua
requerido, además de las fugas que tiene un sistema tan complejo.
Existen negocios ilegales que explotan
pozos y manantiales en la zona alta y media del sur de la ciudad, que dejan sin
agua potable a los pueblos originarios.
El área metropolitana de la Ciudad de
México ha carecido de planeación integral desde hace siglos. El crecimiento
urbano desordenado, los asentamiento humanos irregulares y las invasiones a
suelo de conservación (muchas veces promovidas por los mismos gobiernos
delegacionales o del Distrito Federal) han disminuido la capacidad de recarga
de acuíferos en el valle, las zonas boscosas, los humedales y zonas lacustres
del sur. La pérdida de suelo de conservación pone en riesgo la viabilidad de la
ciudad en el mediano plazo; por ello es urgente coordinar políticas en todos
los niveles de gobierno e involucrar a la sociedad civil para lograr una ciudad
sustentable, densa, vertical, productiva, planificada y con un transporte
público eficiente y digno para toda la población.
El agua no se va a acabar, simplemente
pierde su disponibilidad. En la Ciudad de México perdemos año con año acceso al
agua por la pérdida de cobertura forestal debido a los cambios de uso de suelo,
invasiones y crecimiento de la mancha urbana. Esta pérdida de suelo de
conservación inhibe la captación de agua para los mantos freáticos. Sumado a
esto, las descargas de aguas residuales y la contaminación del agua en general
han logrado la pérdida de potabilidad de más de 90% de los cuerpos de agua
originales en el Valle de México. Finalmente, el Sistema de Aguas de la Ciudad
de México (sacm) cuenta con una infraestructura de tuberías y drenaje
obsoleto que tiene casi 50% de pérdidas en fugas, y el propio organismo carece de la facultad para
fijar tarifas justas de acuerdo con el consumo, así como del desarrollo
profesional de sus integrantes.
Otra forma de mantener el acuífero es
mediante la productividad agrícola de Xochimilco y Tláhuac. La zona chinampera
es un ecosistema artificial creado por los xochimilcas hace 1,200 años. El método de producción
prehispánico generó un equilibrio ecológico en los lagos del sur, manteniendo
un ecosistema invaluable y único en el mundo, con diversas especies endémicas,
y que ha sido un santuario de aves migratorias. El sistema chinampero requiere
productividad continua para mantener sano el ecosistema, por lo que si
disminuye la producción y se abandonan las chinampas, irá muriendo el entorno
xochimilca. Además, si las chinampas son abandonadas y ocupadas por la ciudad
(vivienda legal e ilegal), el ecosistema se modifica, perjudicando el frágil
ciclo del agua del sureste del Valle de México, y por lo tanto la regulación
climática, lo que amenaza la biodiversidad y la habitabilidad del Valle de
México. Por otro lado, si la Ciudad de México incrementa el abastecimiento de
hortalizas y lácteos de su zona agrícola, disminuirá la huella de carbono,[2]
pues no sería necesario transportar productos de otras partes del país.
Xochimilco, Tláhuac, Milpa Alta y
Tlalpan requieren atención urgente de todos los niveles de gobierno y participación
de la sociedad civil para rescatar y restaurar los bosques, canales, lagos y
chinampas.
Soluciones
· - Un alto porcentaje del agua extraída
del acuífero de Xochimilco-Tláhuac debe ser aprovechada en la misma zona. Los
habitantes de los pueblos originarios de la zona lacustre aportan múltiples
servicios ambientales a la ciudad, y ésta no les retribuye nada.
· - Es indispensable frenar el crecimiento
de la mancha urbana mediante políticas estrictas de planeación urbana que
vengan desde la Federación.
· - Debe ampliarse la poligonal del Área
Natural Protegida de la zona lacustre, integrando nuevas zonas núcleo para
conservación y restauración.
· - La Asamblea Legislativa del Distrito
Federal debe otorgar autonomía financiera y de gestión al sacm
para otorgar agua potable de calidad a todos los habitantes de la ciudad las 24
horas de los 365 días del año.
· - Es urgente terminar con las descargas
de aguas residuales ilegales en los cuerpos de agua del Valle de México.
· - El Gobierno del Distrito Federal
necesita implementar incentivos y una política económica en la Central de
Abastos y en los mercados locales que privilegie a los productores de la Ciudad
de México; esto logrará rescatar las chinampas y rehabilitar las que no están
en uso, constituyendo así un instrumento económico natural frente a la presión
inmobiliaria.
Flora
y fauna endémica y/o carismática del sur de la Ciudad de México
Flora:
Ahuejote (Salix
Bonplandiana). Endémica
Cedro blanco (Cupressus lusitanica). Sujeta a protección especial/
introducida
Colorín (Erythrina coralloides). Amenazada
Ninfa (Nymphaea mexicana). Amenazada
Fauna:
Anfibios
Ajolote (Ambystoma mexicanum). Sujeta a protección especial y
endémica; vulnerable
(uicn,
2003)
Ajolote tigre de meseta (Ambystoma velasci). Sujeta a protección especial
Rana de Tláloc (Rana tlaloci)
Peligro de extinción
y endémica
Rana de Moctezuma (Rana montezumae). Sujeta a protección especial y endémica
Reptiles
Lagartija cornuda de montaña (Phrynosoma orbiculare). Amenazada y endémica
Lagartija escamosa de mezquite (Sceloporus grammicus). Sujeta a protección especial
Culebra listonada (Thamnophis eques). Amenazada
Culebra listonada de montaña (Thamnophis scaliger). Amenazada y endémica
Tortuga casquito (Kinosternon hirtipes). Sujeta a protección especial
Cincuate (Pituophis deppei). Amenazada
y endémica
Cascabel cola negra (Crotalus molossus). Sujeta a protección especial
Aves
Pato mexicano (Anas platyrhynchos diaza). Amenazada y endémica
Garza morena (Ardea herodias). Sujeta a protección especial
Gavilán pecho rojo (Accipiter striatus). Sujeta a protección especial
Rascón limícola (Rallus limicola). Sujeta a protección especial
Mamífero
Teporingo (Romerolagus diazi). En peligro de extinción, endémica
[1] El suelo de conservación de la Ciudad de México posee características que, además de favorecer la existencia de especies de flora y fauna de valor comercial, ofrece bienes y servicios ambientales en beneficio de toda la población del Distrito Federal a través del papel multifuncional de los recursos naturales que alberga.
[2] Emisiones
de gases de efecto invernadero de motores de combustión provocadas por la
transportación de productos.